Las historias amorosas son como los pétalos de una flor, 

nunca sabes si va a funcionar hasta que no cae el último pétalo y luego, 

cuando estas a punto de botar esa flor… 

descubres que la flor no está marchita.

Todos empezamos con buenas intenciones, el amor era nuevo y joven. Creíamos que podríamos cambiar, que el pasado podría deshacerse… pero llevamos la carga en la espalda.

El tiempo siempre revela, en la solitaria luz de la mañana, la herida que no sanara, es el amargo sabor de perderlo todo que he estimado tanto.. He caído, he caído tan bajo…

Lo eche a perder, así que no vengas por aquí a decir “te lo dije”… 

Para ser sinceros, lo he intentado, pero en alguna parte del camino quede atrapada entre todas las ofertas y el costo… 

fue mucho más de lo que podía soportar.

"Por eso es tan importante dejar que ciertas cosas se vayan, soltar, despejarse. La gente tiene que entender que nadie está jugando con cartas marcadas, a veces ganamos, a veces perdemos... no esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor... 

Cerrando ciclos por orgullo, por incapacidad, por soberbia, sino porque simplemente aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia tu casa, sacude el polvo, deja de ser quien eras, y transformate en quién eres" 

Tienes seis sonrisas, ¿sabes? 

Una cuando algo te hace reír de verdad, otra cuando te ríes sólo por cortesía, la tercera, cuando te sientes incómoda, otra cuando te ríes de ti misma, la quinta es cuando algo te sorprende, y la sexta… cuando hablas de tus amigos.

Hoy es el primer día del resto de mi vida.