Me quede al lado de la ventana esperando que sonara el teléfono para así poder escuchar al fin tu vos.
¿Pero te digo algo? Espere tanto que me quede dormida.
Luego a sobre saltos me levante por que había soñado que me estaba cayendo en un agujero sin fin.
Fue el momento perfecto para que la ironía pase a primer plano.
Mi piel se erizo al ver que eran las cuatro de la mañana y que el cielo estaba llorando. En cierta manera ese segundo me llego al corazón.
Me hiciste pensar: -Tal vez solo se le olvido –
Pero luego me demostraste que no fue así.
Levante mi celular y tenía un nuevo mensaje de texto.
Mi mejor amigo Caleb me decía que tenía que hablar urgente con migo, que había pasado algo y se trataba de alguien cercano a mí.
Me senté al borde de mi cama y comencé a analizar la situación; ¿Eran mis padres? ¿Les había pasado algo camino a Marruecos? Pero eso no era, porque si les hubiera pasado algo, mis hermanos y yo hubiéramos sido los primeros en saber la noticia.
¿Lauren había pasado el examen de conducir? No, tampoco eso era porque Lauren me hubiera llamado al segundo.
¿Roberta había arruinado el desfile de modas de su madre? No, no era eso tampoco, porque hubiera salido en el periódico.
¿Entonces que era?
¿Qué era tan urgente para mandarme un mensaje a las 2 de la mañana diciendo: “Tengo que hablar con vos, es muy importante”?
Luego a los segundos tu nombre vino a mi cabeza.
Deje el celular en mi cama y salí de mi habitación. Camine por la sala, luego recorrí el pasillo en silencio.
¿Qué habías hecho esta vez?
La lluvia recorría las ventanas de metro y medio que adornaban la sala.
Me senté en el sillón que me daba la espalda. Subí mis piernas y las rodee con mis brazos.
Mi sexto sentido me indicaba que algo estaba mal, que algo no estaba bien; ¿Eras tú? ¿Era la forma como me tratabas? ¿O tal vez era mi dignidad que me imploraba a gritos que te mande a la mierda y continúe mi camino?
No merecía estar llorando por ti, en lugar de terminar mis sueños.
No merecía estar lamentándome día y noche mientras tú seguías siendo el protagonista principal en tu doble vida.
No merecía tenerte cerca, mientras otra persona me podía demostrar que no estaba sola.
No merecía olvidar que podía ser feliz, mientras solo tú me demostrabas que podía sentirme miserable y estúpida todo el día. Mañana, tarde y noche.
No debería estar pensando en el, cuando se suponía que eras tú el amor de mi vida.
Porque un sabio me dijo: Si te enamoras de 2 personas, quédate con la segunda,
porque si en verdad estarías enamorada de la primera...
no te hubieses enamorado de la segunda.
Solías sonreír cuando me veías, me abrazabas sin razón,
me hablabas sin cansarte y me amabas por quién era.
Me pregunto: ¿Dónde quedaron esos momentos que nos demostraban que la felicidad existía?
Tal vez, de alguna manera, la vida nos demuestra que tú y yo,
ya no deberíamos seguir juntos.
Escuchen esta canción y la letra : More things to say de Boyce Avenue
Esto es una parte de la novela que estoy escribiendo, espero que les haya gustado *.*
Con amor, Sam